sábado, 19 de mayo de 2012

Los determinantes sociales y su estrecho lazo con la violencia


La violencia generalizada afecta de forma dramática nuestro mundo, nuestro entorno; la película Slumdog Millionaire, aunque ya tiene varios años de realizada, sigue vigente; India ha experimentado en la última década un impactante crecimiento económico, pero sus millones de habitantes siguen sufriendo por las disparidades sociales, y la cinta nos presenta crudamente esa realidad. En este filme vemos cómo los determinantes sociales influyen directamente sobre la vida y circunstancias de una familia pobre de Bombay (Mumbai), India. La limitación de acceso a servicios básicos como agua potable, alimentación, educación, transportación, higiene, vivienda segura, entornos seguros, entre otros, son parte de lo que enfrentan dos niños, quienes a temprana edad pierden a su madre, fruto de un acto violento por parte de fundamentalistas religiosos. Las terribles experiencias sufridas por estos menores durante su vida y cómo éstos las enfrentan para sobrevivir, influyen directamente en la clase de individuos que serán al llegar a la adultez.
La violencia es el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (Def. Organización Mundial de la Salud). Aunque para todos y todas es más fácil asociar la violencia con actos terribles e incomprensibles como los asesinatos u homicidios, porque son estos hechos a los que más exposición e información tenemos acceso, la violencia comprende mucho más. Vivimos en un mundo con violencia generalizada, intolerancia e incomprensión.

Hay varios tipos de violencia; la autoinfligida (comportamiento suicida y autolesiones), violencia interpersonal (familiar o de pareja y comunitaria) y la violencia colectiva (política, social y económica); esta tipología fue realizada por la Organización Mundial de la Salud en el año 1996. En cada uno de estos tipos de violencia podemos encontrar problemas de salud mental en los individuos que perpetran estos actos. Las estadísticas de la OMS de la Tipología de la Violencia para el año 2000 reflejaron que          1, 600,000 mil personas murieron en el mundo por actos violentos; impresionan los números de suicidios, los cuales fueron 815,000 de estos actos. Otro dato aterrador es que la mayoría de los homicidios o asesinatos (el 77% ó 520,000) fueron de hombres, la mayoría entre las edades de 15 a 44 años; seres humanos en edades productivas, lo cual afecta significativamente la economía de los países que tienen alta incidencia de violencia. Puerto Rico es parte de esta macabra realidad.

Las circunstancias o determinantes sociales de cada comunidad jugarán un importante papel en el comportamiento de cada uno de los individuos que la compone, lo que redundará en una sociedad con mayor o menor incidencia de violencia. Si utilizamos el modelo ecológico para analizar y estudiar científicamente las comunidades, podremos identificar que los lugares donde hayan disparidades sufrirán más violencia generalizada, en comparación con las más aventajadas; es decir, comunidades donde haya alta incidencia de uso de sustancias narcóticas y alcohol, limitación al sistema educativo, limitación a los servicios de salud, pobre alimentación, maltrato de pareja y de menores, altos niveles de pobreza (nivel socio económico bajo), falta de empleo digno, sobre población, entre otros, tendrán una alta probabilidad de enfrentar violencia de todo tipo. Si no se establecen planes de prevención primaria (prevenir la violencia antes que ocurra), secundaria (respuestas inmediatas a la violencia) y terciaria (atención a largo plazo después de un acto violento), este tipo de escenario se perpetuará de generación en generación.

La cultura es otro parte fundamental en el tema de la violencia; y es que, la manera en cómo fuimos educados en nuestros hogares y las tradiciones de cada país influyen en la aceptación de la violencia en ciertas circunstancias por parte de los poblaciones, como por ejemplo el machismo y la violencia de género; sin olvidar la homofobia y las agresiones físicas hacia los homosexuales, entre otros. La religión también es determinante social, y los feligreses aceptarán o no la violencia de acuerdo a la doctrina que practiquen.   

Si bien es cierto que una interrelación de esfuerzos como el Sistema Judicial, el Sistema Educativo y el Estado deberían ser eficaces para trabajar con la violencia generalizada y tratar de disminuirla desde sus respectivos enfoques, la educación debe ser la herramienta principal en la prevención de la violencia. Los esfuerzos deben ir dirigidos a educar a las comunidades sobre cómo erradicar la violencia mediante el empoderamiento y la colaboración entre cada uno de sus miembros. Le corresponde a los que tienen el poder de establecer política pública el desarrollar proyectos y estrategias para lograr que no haya disparidades sociales. No es que el rico sea menos rico, sino que el pobre sea menos pobre, y que tenga igualdad de oportunidades.

Otro aspecto que debe atenderse con premura es la aplicación de disciplina a los estudiantes, desde grados primarios hasta la escuela superior; que sus acciones, como agredirse u ofenderse, ausentarse o llegar tarde a clases, tengan consecuencias progresivas, pero que se les ofrezca la oportunidad de manejar sus conflictos y de que entiendan la importancia del trabajo en equipo y el compromiso para con sus pares. A los estudiantes con graves problemas de conducta, lo cual podría reflejar problemas de violencia en el hogar, se le debe ofrecer ayuda interdisciplinaria para que, junto a su familia, reciba el apoyo que necesita para que pueda canalizar sus emociones y entienda lo importante que es cada individuo para la sociedad.

Algo que no se debe pasar por alto es que hay que atender cada evento de violencia con la seriedad que amerite, sin que se minimice un acto que no implique muerte o lesión a un ser humano, como por ejemplo que un niño o joven maltrate un animal, que alguien se burle de un compañero de trabajo o de clases, que se tenga desprecio por las personas diferentes, que no se respete la propiedad ajena o que se humille a un anciano. Estas son señales de una conducta errada, la cual debe ser atendida con premura para evitar que desencadene en un acto violento mayor.

Ganar la lotería, como las $20 millones de rupias que ganó el protagonista de Slumdog Millionaire,  es la suerte de unos pocos. Una comunidad libre de violencia no es cosa de juego.